viernes, 27 de julio de 2012

¿Azar?

Movida por nada en especial, camino con la mente en blanco, mirando pero sin ver, oyendo pero sin escuchar, me mojo los labios y no lo pienso, solo noto la humedad de la lengua en su recorrido.
Abro la puerta y recorro el pasillo, es la cocina , bien, a ver que es lo que hago aquí. Entro y hay dos figuras sin identificar en la mesa, envueltas con papel de aluminio. Normalmente elegiría la más grande, (soy como una cría, si es bueno, cuanto más mejor, hasta el empache y mas allá) pero cojo la pequeña y mas cónica, me quedo parada y reflexiono... Que parámetros usa el subsconciente para elegir que figura aluminizada coger...
Es como aquellos cuentos de duendes que arreglaban zapatos, organizaban estanterías y a cambio te robaban ese calcetín que te falta de la pareja, el cual ves caer siguiendo la trayectoria y cuando toca el suelo...¡Pluf (nunca se me han dado nada bien las onomatopeyas)! desaparece.
Ya estoy en mi habitación y ni siquiera se como llegué, resultó que el bulto más grande eran galletas...Sosas galletas que no me apetecían nada y el elegido contenia un croissant de chocolate... Gracias duendecillo.

Y solo a cambio de un calcetín.

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